La venganza del pueblo Azteca

El pueblo Azteca se estableció en las islas del lago Texcoco alrededor de 1168.  Para 1430 ya dominaban gran parte del ahora territorio mexicano. El 13 de agosto de 1521 los españoles, en alianza con otros pueblos aborígenes, derrotaron la resistencia Mexica en Tenochtitlán y pusieron fin a uno de los imperios más grande de América.

Ciudad de México, con más de 20 millones de habitantes, fue fundada sobre este mismo lago. Se hicieron cientos de obras de ingeniería hidráulica para vaciar por completo las aguas, pero al día de hoy, todavía sigue generando complicaciones.

Uno de los problemas más grandes es que la ciudad se está hundiendo. De a unos 10 centímetros por año y con un récord histórico de 56 centímetros en el año 1951, luego de la gran inundación del año anterior.

Varios de los edificios del centro histórico se encuentran en pésimo estado debido al proceso de hundimiento y los sucesivos gobiernos fueron realizando obra tras obra para intentar detenerlo. Sin demasiado logro aparente. La catedral del zócalo, copia fiel de las catedrales europeas, se hunde igual que el resto, al punto que hoy tiene debajo de sus cimientos, sistemas hidráulicos que van ajustando el nivel de acuerdo a un péndulo que se encuentra dentro de la misma iglesia.

Hasta acá todo muy normal: se hunde lo que era esperable que se hundiera. Resuelta que luego de algunos años se llegó a la conclusión de que quizá no era una buena idea crear una de las ciudades más grandes de América, sobre las agua de un lago.

Mientras paseaba con un free walking tour por el casco histórico, entre historias absurdas de antiguos magnates y sistemáticas conquistas, noté que las ruinas del templo mayor de los Aztecas, ubicado a escasos 100 metros de la actual catedral de la iglesia católica, se mantiene en pié. Lo poco que queda, claro. El resto fue destruido por orden de la misma iglesia que ahora se cae a pedazos.

Lo interesante es que las ruinas Aztecas no se hunden. Magia. Cuando ellos construyeron sus templos y viviendas, lo hicieron sobre la roca firme de las islas. El resto hizo lo que pudo en el poco lugar que había y cuando se acabó esa tierra avanzaron sobre el agua. Y luego vaciaron el lago para seguir construyendo. Y luego empezaron a vaciar las napas y desde hace unos años se dedican a contaminarlas. Más magia.

Hoy en día, las ruinas del templo mayor están más elevadas que el nivel en el que se encuentran las bases de los demás edificios, incluyendo la majestuosa catedral. La estadística indica que de acá a varios cientos de años, las ruinas de los Aztecas van a estar por encima de todo lo demás. De las calles, de las casas de los que ahora habitan el caso histórico, de la casa de gobierno y del ícono religioso de la civilización que los destruyó.

Hablemos de paradojas 🙂