Ya habíamos hablado de todo lo serio, quedaba lo importante.
El primero de Agosto de cada año, se celebra el día de la Pachamama. Ese día Cruz abre el museo y todo Amaicha se vuelve fiesta. Toman vino, bailan, cantan. Todo es alegría y agradecimiento a esta tierra que tanto nos da y nos protege.
Cruz baila desde la mañana hasta que el último invitado se retira. Cuando ya no quedan luces ni música, Cruz baila en silencio hasta que la Pacha le pide por favor que pare: basta hermano, vamos a dormir.
A Cruz le gusta la fiesta, me dijeron todos a los que le pregunté por él.
Mire Sebastián, uno se muere el día que deja de reír, dijo al pasar. Me estaba explicando la vida y los dos lo sabíamos.
Debe haber pocas cosas más sinceras y honestas que la risa cuando sale del ama. Recuerdo un texto que leí hace muchos años que hablaba de la importancia de la risa en la sociedad y del impacto que tenía en los vínculos humanos.
Y ya que ando de recuerdos, hubo hace muchos años una publicidad que me dejó una sonrisa y muchos meses de pensar en la forma en la que me tomaba la vida.
Crecemos con la idea de que reírse de algunos temas o en ciertos momentos es inadecuado, como si reír fuese una falta de respeto o una forma incorrecta de resolver algo.
Por suerte es posible tomarse la vida en serio riendo de todo, incluso de uno mismo.
2 comentarios sobre “La risa y la vida”
Los comentarios están cerrados.