Aprender a callar

Era joven. Todavía lo es cuando sonríe. Jugaba al fútbol. Ya no lo hace. Dice que decían que era bastante bueno. Y hasta le daba para capitán, aunque hablaba mucho.Me cuenta mi viejo que en sus años de fútbol él era uno de los buenos, pero tenía la costumbre de no cerrar la boca nunca. Sus compañeros vivían acosados por las órdenes. Mi viejo entendió que cambiaba o lo cambiaban.