Se conocieron en el único lugar que no existe, una tarde que no tuvo sol ni memorias del futuro. Ninguno esperaba nada que no fuera lo cierto y así pasaron horas que tal vez no fueron tantas.
Autor: Sebastian Barrenechea
Los colores de la tarde
Amaneció tan lento que ya casi era de noche cuando le dijo que la quería. Estaba todo detenido. No había nada fuera de lugar y todavía ella pensó que si no respiraba él quizá fuera cierto. Los dos entendieron sin que ninguno dijera palabras que no hacían falta y hubiera sido hermoso que alguien suspirara por ambos. Pero tampoco había motivos para nada que no fuera mirarse y disfrutar.
María Antonieta: el final de la reina que jamás se arrodilló
16 de Octubre de 1793. Mediodía en París. La plaza de la Revolución es un mar de gente cansada de siglos de abusos a cargo de una monarquía que sólo tenía planes para ella misma. María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena, princesa archiduquesa de Austria, mejor conocida como María Antonieta, reina y esposa del rey … Sigue leyendo María Antonieta: el final de la reina que jamás se arrodilló
Las enseñanzas de Cruz
Tal vez la memoria sea eso: el lugar donde seguimos queriendo cuando ya no hay forma de abrazarnos.
La noche que aprendí a querer
Me costó años entender que el mundo no era como me lo habían mostrado. Años de esperar gestos de personas que no eran como ella. Siglos de suponer, de practicar la paciencia como escudo ante un universo repleto de personas que no hubieran entendido la mitad de sus palabras.
Cruz y el comunismo del vino
Un hombre de las viñas habló, en agonía, al oído de Marcela. Antes de morir, le reveló un secreto: la uva -le susurró- está hecha de vino.Marcela Pérez-Silva me lo contó, y yo pensé: si la uva está hecha de vino, quizá nosotros somos las palabras que cuentan lo que somos. Eduardo Galeano, El libro de los … Sigue leyendo Cruz y el comunismo del vino
Qué tristeza
Qué tristeza no haber estado vivo cuando vos morías por un sueño.
Te voy a empezar a llorar
Te voy a empezar a llorar antes de que sea necesario un poco por saber que todavía controlo algo que mi vida no se volvió un libro abierto en cualquier lado...
Si dejaras de existir
Se conocieron en un café de barrio, una mañana de otoño. Hacía tanto frío que ni las hojas ya muertas se movían. Todo parecía una escena detenida en el tiempo en donde ella le preguntó si quería pedir algo más y él no supo responder. Quería más de todo, pero no sabía por dónde empezar. Ella volvió a preguntar y entonces él dijo que otro café porque hacía frío. Ella sonrió apenas por ternura y el bajó la vista probablemente por la misma razón, aunque ella lo supo y el él no.
Vamos a caminar
llegó a las costas de México para convertirse en el más rico de los ricos, en el más hombre de los hombres.