“En realidad, la humildad no significa nada más que una completa honestidad con uno mismo.” William Countryman
Siempre admiré y respeté la humildad. Desde que tengo memoria me conmueve más el que enseña sin saber que sabe, que aquel que dice que sabe para ocupar un rol de maestro. Y eso fue lo primero que sentí de Cruz: el completo desapego por el resultado de su obra mientras sea honesta con él mismo.
Cruz trabaja desde la mañana hasta que sus manos se callan. Y así lo repite durante meses hasta que no le queda una gota de sentir en los dedos. Entonces deja de pintar antes de empezar a repetirse y sale a la vida para volver a ver los amaneceres de su querida Amaicha. Meses después, cuando ya vivió suficiente para reír, llorar y sentir todo lo que una persona puede hacerlo, se vuelve a encerrar porque sus manos le piden decir el dolor que no sabe cómo hablar.
Cruz no trabaja para agradar a nadie. Cruz es su propia obra. No pinta para decir nada y dice más de lo que calla. No dibuja una sola línea para enseñar y enseña sin decir que sabe. No habla de cosas que no entiende y entienda más de lo que dice.
Dijo mucho y yo debo haber entendido la mitad, pero de lo que pude entender, recuerdo:
- Uno vive hasta el día que deja de reír.
- Los sueños son importantes porque en ellos aprendemos cosas que no podemos ver cuando estamos despiertos.
- Nada importa más que la obra. Digan lo que digan da lo mismo. El arte es lo que el artista necesita hacer.
- Nadie se cruza en tu vida porque sí y de todos hay algo que debemos aprender.
- Si supieran que yo pinto porque no sé decir de otra forma, no preguntarían las cosas que preguntan. Igual no importa, nadie que pregunta esas cosas está buscando una respuesta.
- No siempre es posible mostrarle a los demás cómo vemos las cosas. No siempre los demás están dispuestos a escuchar otra versión de la realidad. No siempre quieren o no siempre pueden.
Casi un año después de aquellos días de rutas, montañas, vino y amigos, todavía recuerdo el afecto y la sinceridad de compartir en silencio el respeto por todo lo que existe.
Tal vez la memoria sea eso: el lugar donde seguimos queriendo cuando ya no hay forma de abrazarnos.
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